Mucha gente quiere obtener beneficios estables en los mercados financieros y piensa erróneamente que basta con convertirse en trader. De hecho, esto está lejos de ser cierto.
Un trader es un comerciante. Para convertirse en esto, solo necesita abrir una cuenta con un corredor y dominar las funciones básicas de una terminal comercial.
Sin embargo, para que las operaciones en los mercados financieros le brinden un beneficio estable, o incluso se conviertan en la principal fuente de ingresos, debe convertirse en un profesional. ¿Qué cualidades debe tener una persona así? Vamos a tratar de resolverlo.
Según el famoso financiero Jack Schwager, quien es el autor de toda una serie de libros sobre operaciones bursátiles, un trader profesional es una persona que no está configurada solo para el comercio a largo plazo. Este especialista, a diferencia de un inversionista común, está listo para ingresar a una posición tanto en movimientos alcistas (largos) como bajistas (cortos).
En este caso, el profesional trabaja constantemente. Puede hacer varias transacciones al día, lo que significa que requiere de una alta concentración de atención y la capacidad de tomar decisiones rápidamente.
Otra diferencia entre un trader real y aquellos que simplemente dependen de la suerte es que no cuentan con una estrategia comercial al 100%. En primer lugar, esto no es posible. En segundo lugar, incluso si hubiera algo así, nadie te lo contaría.
Entonces, ¿cómo comercian los profesionales? La estrategia en la que se basa un trader experimentado no consiste solo en un conjunto de indicadores de señal. Se basa principalmente en las características individuales de quien lo usa (carácter, psicología, experiencia). Además, cada financiero tiene sus propias preferencias. Algunos se basa en factores fundamentales, mientras que otros utilizan el análisis técnico.
Según el mismo Martin Schwartz, si se le pide a dos traders profesionales que intercambien sus estrategias más rentables, ambos fracasarán. La conclusión a todo esto es una: cada financiero debe tener su propio sistema, lo más optimizado posible para sus preferencias.
Y, por último, lo más importante. Un trader profesional simplemente está obligado a dominar la gestión de riesgos. El éxito en el mercado financiero depende solo de usted.
Muchos principiantes descuidan la administración del dinero y operan con volúmenes demasiado grandes en busca de ganancias. Luego, habiendo perdido el depósito, le echan la culpa al corredor o la inestabilidad del mercado asociada con los choques económicos.
Un trader profesional siempre es de sangre fría y sabe cuánto dinero puede arriesgar en cada operación. Además, a diferencia de un principiante, un especialista puede adaptarse a tiempo a esos factores muy inesperados ajustando oportunamente su gestión de riesgos.
Si puede desarrollar todas las cualidades anteriores en usted mismo, tarde o temprano definitivamente se unirá a un grupo de profesionales. Y, dadas las perspectivas que se abren para los especialistas destacados, debería empezar a moverse en esta dirección hoy mismo.